14/12/09

ser bueno

El sábado estuve hablando con Marlon Azambuja, artista plástico.  Marlon hizo un comentario sobre una publicación mía anterior en el blog. Su comentario me lleva a pensar sobre la idea misma del blog. Escribir las experiencias con immediatez.. No necesariamente las someto a un periodo de reflexión. 
Vamos a su comentario. Hace unas semanas conté cómo en una ocasión me preguntaron por qué estaba haciendo los retratos y yo respondí : "porque soy bueno".
 El ha sentido que ese comentario es muy rotundo, no lo asocia con el tipo de persona que soy yo. Siente que ese comentario podría estar hecho por alguien envanecido o prepotente, algo que no soy. .. Bueno, creo que eso es lo que le entendí. Líbreme yo de querer decir cosas por prepotencia.

De qué se trata entonces ? En su origen esa respuesta fue una provocación que escondía una razón más compleja y que tiene que ver con el juego de palabras entre "ser bueno"- expresión de grandes habilidades particulares  para un oficio-  y "ser bueno"- hacer lo indicado para conseguir algo-.

Me gustó la idea expresada en esa respuesta porque la relacionaba con una manera de entender el trabajo del pintor. El pintor bueno como aquel que sigue ciegamente a la pintura corriendo detrás de lo que le indica su deseo -  hacer lo indicado para conseguir algo - y no como la suma de habilidades artesanales.
Bueno en el sentido de hacer lo que tiene que hacer.

Me pareció una idea tan limpia y tan sencilla que me resultó sumamente atractiva. Aunque ahora descubro que la ambivalencia a que remite el término es perversa. Para mí ha significado una gran liberación poder entender la pintura de esta manera tan libre. Cuando me siento a pintar sí empiezo a pensar en todos los condicionantes históricos y teóricos que están presentes en cada pincelada que doy, mi brazo se endurece y no me atrevo a acercar la mano a la tela porque siento encima todo el juicio de la historia de la pintura frente al cual me veo perdedor. Todo lo contrario a considerarme bueno. Pero cuando considero que la tela está absolutamente virgen de pasado y de teoría, de antecedentes y creo que cada pincelada es la adecuada porque está mandada por el deseo, entonces mi mano es ligera y libre.

Ya se sabe que la sociedad ha encontrado en la limitación del deseo una herramientas de control de sus individuos. Entre más confusión exista en nosostros sobre la utilidad del deseo más se aprovecharán. El individuo está educado para sentir culpa al sentir deseo. El concepto de "bueno" moralmente hablando está separado del ser que sigue sus deseos y los realiza. Este sería el "malo".
Yo quiero entender al bueno como el que sigue su deseo.

 Seguir el deseo como la llave que abre las puertas del lenguaje. En realidad esto está íntimamente ligado con mi manera de trabajar, siempre he encontrado la mayor dificultad en elaborar un lenguaje a partir del análisis filosófico, ético o estético hecho a priori, a pesar de las imnumerables lecturas y seminarios pasando por la tradicional formación académica. No por ello dejo de intentarlo, por ejemplo, estos escritos son una estrategia para ir construyendo ese discurso. Y las réplicas y comentarios a mis palabras son de gran ayuda porque me señalan obstáculos que no he visto. O al volver sobre las ideas descubro cosas que antes pasaron desapercibidas.